Diary for La vuelta al mundo en 477 días


(390) Cuenca, Ecuador: Primero Dios y luego vos en el Atenas de Ecuador.

2009-07-09

Hoy me levanto a las 06.30 y por alguna razón apenas he dormido. Sin embargo decido no perder el tiempo en la cama si no voy a dormir y así aprovechar el día visitando la ciudad.
Como todos los días hago mi ejercicio. Puesto que lo incluyo en todas las entradas de diario os diré en qué consiste mi ejercicio: media hora de ejercicios como abdominales y flexiones y la otra media hora la dedico a practicar pasos de salsa! Llevo haciendo esto ya unas cuantas semanas y la verdad es que cada vez me veo con más fluidez en los pases básicos del baile latinoamericano por excelencia. Me han dicho que lo primordial es practicar mucho para que los pasos salgan automáticamente y eso es lo que estoy haciendo todos los días. Según pasan los días me siento con más confianza y disfruto más de la música!
Desayuno tranquilamente en el hotel (incluido en el precio de la habitación) y me lanzo a conocer la ciudad de Cuenca.
Hoy es jueves y el atractivo principal reside en el Mercado 9 de Octubre. Este mercado ahora está en un edificio nuevo justo al lado de la plaza donde solía estar. La verdad es que da la impresión de que todos los días está abierto y no creo que el jueves sea mucho más especial. Pero bueno, hoy es jueves, así que mejor que hoy no puede ser. Este mercado tiene tres plantas y aquí puedes encontrar todo tipo de carnes, pescados, tubérculos, frutas, verduras, granos, quesos, plantas, flores… También hay muchos puestos de comida que ofrecen horneados, ceviches, comidas preparadas y granos cocidos. El ambiente es bueno y se saborea un ambiente local muy atractivo. De hecho pienso volver a la hora de comer y almorzar en uno de sus puestos.
Sigo con el paseo, que me acaba llevando a la librería Carolina, regentada por un matrimonio norteamericano. Aquí consigo, por fin, una guía de Perú (37 USD).
Cuenca, a pesar de su tamaño grande, tiene un feeling de ciudad pequeña o de provincias. Es muy agradable pasear por sus calles y una delicia ver los muchos edificios coloniales que tiene. Además tiene mucho comercio y gente joven. No en vano también llaman a Cuenca el “Atenas de Ecuador” por la cantidad de universidades que tiene. Aquí también hay muchos extranjeros que pasan aquí una temporada para aprender castellano.
Llego al precioso Parque Calderón, que constituye el verdadero centro de la ciudad. En esta plaza se encuentran la Catedral Nueva y la Antigua y muchos edificios coloniales espectaculares. El centro de Cuenca es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Me meto en la Catedral Nueva, también conocida como la Catedral de la Inmaculada. Esta enorme iglesia se empezó a construir a finales del siglo XIX porque la Catedral anterior se veía pequeña. Se ideó para que fuera la Catedral más grande de Sudamérica y pudiera albergar a diez mil feligreses a la vez. A pesar de su tamaño no me parece demasiado especial y además por fuera, con su fachada rosada y sus domos azules, tampoco me enamora.
De ahí me voy a la Plazoleta del Carmen, donde hay un par de docenas de puestos de flores y una iglesia en la que me meto y me quedo sorprendido por su interior totalmente psicodélico (no sé cómo se llama pero no os la podéis perder).
De ahí dirijo mis pasos a la bonita Plaza de San Sebastián. Esta plaza me ha gustado especialmente por su cierto aire mediterráneo. Aquí se encuentra en Museo de Arte Moderno, donde me meto (gratuito).
El Museo de Arte Moderno es un sitio que me ha gustado mucho no por lo que ahí se expone sino por el atractivo de su edificio, sus paredes y sus patios. Este edificio fue una casa de temperancia (moderación), es decir para albergar a los borrachos y descarriados. Durante casi un siglo sus celdas dieron la bienvenida a criminales, mendigos, borrachos, locos y niños abandonados para luego convertirse en el museo que es hoy. Es interesante porque cada celda se ha convertido en una pequeña galería o sala del museo. Los patios están muy bien cuidados, huelen a flores y me extraña que sea el único que está dentro de todo el museo junto con el guarda. Como ya he dicho, lo que se expone no me impresiona demasiado pero merece la pena una visita por el edificio.
Ya ha llegado la hora de comer y me vuelvo al Mercado de 9 de Octubre. Primero me voy a un puesto donde me tomo un exquisito ceviche de concha. El ceviche de concha que me dan está compuesto por una docena de berberechos negros crudos a los que se pone zumo de limón para marinarlo y se añade una ensalada a base de tomate, cebolla y cilantro. El sabor es buenísimo y pienso volver a probarlo. Me cuesta 2.5 USD. Sigo con hambre y en otro puesto me tomo un espectacular plato de chancho horneado, es decir, cerdo asado que se sirve con bolas de puré de patata, ensalada y maíz cocido (buenísimo, 2 USD). Acompaño la comida con un delicioso zumo de tomate de árbol (0.50 USD).
Después de comer me doy una vuelta por la ciudad. Me sorprende lo comercial que es Cuenca pero sobretodo me llama la atención la cantidad de iglesias que tiene (el lema de la ciudad es “Primero Dios, después vos”).
Acabo en la habitación de mi hotel a las 16.00. Se ha puesto a llover y me echo una siesta mientras oigo el caer de las gotas.
El resto de la tarde la dedico a leer sobre Perú, escribir en mi diario y a hacer una videoconferencia con Viviana hasta las 23.30. Una hora más tarde estoy dormido.